¿ Cuál es nuestro auténtico deseo?
No es la fama, ni la riqueza o el poder personal,
simplemente es el deseo de SER FELICES y llevar una vida plena.
El problema radica en que solemos confundir la Felicidad
verdadera con la Alegría o el Entusiasmo. En el Entusiasmo hay un anhelo por poseer y tener algo, es una
proyección hacia el futuro, es la creencia de que la cosa deseada es el
portador de nuestra Felicidad. Se basa en el tener, porque hay una sensación de
carencia, de que falta algo.
La sociedad y el aprendizaje que adquirimos desde que
nacemos, contribuye a creer que “ tanto tienes tanto vales” y en entonces donde nos involucramos en la
búsqueda incesante de una Felicidad basada en poseer y tener.
Vivimos en una sociedad que valora más lo que tienes y no lo
que eres, en donde el dinero y adquirir fama y poder a cualquier precio tiene
más valor que el desarrollo de los valores humanos de Amor, Servicio
desinteresado, Compasión, Tolerancia, Justicia etc
En ese afán de poseer se fomenta entonces la ambición, la
codicia, la envidia que hoy en día no son despreciables. Son formas de locura
pero no son consideradas enfermedades mentales. El sistema capitalista,
democrático y cultural produce estos “defectos socialmente aceptados” , pero el
echo de que millones de personas compartan los mismos vicios no los convierte
en virtudes, y que mucha gente tenga la misma patología mental, no hace de esas
personas gente equilibrada.
Estos comportamientos no responden a las necesidades que se
desprenden de la existencia humana por lo que la infelicidad, la desidia,
apatía, malestar, depresiones aparezcan con frecuencia pero a cambio el hombre
se siente adaptado al resto de la humanidad tal como él la conoce.
Si la posesión de bienes materiales, poder o fama fuese
sinónimo de felicidad, no habría personas en esta situación que tuviesen
depresión, pero sí las hay. Tampoco la escasez de recursos, la pobreza o llevar una vida sencilla apartada
del mundanal ruido asegura esta ansiada Felicidad.
Entonces ¿ de dónde viene?
La verdadera Felicidad se basa en la Paz interior. Jesús
saludaba de esta manera diciendo “ La Paz sea contigo” porque es lo máximo que
le podemos desear a una persona.
La Paz Interior es un estado perfecto del Ser en donde ha
cesado la lucha interior por un acto de comprensión y de rendición del yo
inferior, es una reconciliación
consciente con uno mismo. Muchas personas se sienten frustradas porque no
llevan la vida que desearían tener. La sociedad le dicta un camino y todo
aquello que deben conseguir para ser unos ciudadanos de éxito y merecer el
respeto de sus congéneres. Viven en una constante lucha interna entre lo que
les” gustaría” hacer y lo que “deberían” hacer .
¿Deseamos estudiar una carrera Universitaria que nos
proporcione prestigio, reconocimiento social y un buen sueldo para luego
adquirir todos aquellos bienes materiales que deseamos y llevar la vida que
queremos según dicta la sociedad de consumo en la que estamos inmersos o
estudiamos esa carrera porque realmente nos apasiona y nos aporta felicidad por
el simple echo de estudiarla?
¿Realmente hacemos en la vida aquello que nos gusta y nos
hace sentir vivos, o simplemente seguimos al rebaño porque nos da una falsa
sensación de seguridad, de pertenencia al grupo?
¿ Cómo se llega a esa Paz interior?
El primer paso es reconciliarse con uno mismo y hacer las
paces. Muchas personas se sienten desdichadas por el rumbo que ha tomado sus
vidas, se sienten decepcionadas por no haber conseguido sus objetivos y se
culpan a sí mismas o culpan a los demás
de todo lo que les ocurre. Reconciliarse es aceptarse y abrazar lo que uno Es,
comprendiendo como ha llegado a serlo, es ser amoroso con sus defectos,
debilidades y carencias y reconocer también sus virtudes para ponerlas al
servicio de los demás.
Es el resultado de la Sabiduría y el Amor, cuando hay
Sabiduría uno deja de perseguir la felicidad fuera de uno mismo y comienza a
buscar dentro de él. Esta Sabiduría incrementa el Amor y disfrutamos por el
simple echo de estar vivos y vemos la belleza en todo y en todos desarrollando
un sentimiento de reverencia por la vida que nos hace rebosar de Felicidad-
José Manuel Alarcón Solar
Bueno, profe, no estoy de acuerdo en lo de "... Entusiasmo hay un anhelo por poseer y tener algo ..." . La palabra Entusiasmo, como nos recuerda bastante a menudo nuestro querido Emilio, es "Dios en ti", "fervor interior que parece venir de fuera, de alguna fuerza superior a la nuestra".
ResponderEliminarCuando basamos nuestra Vida en el tener o haber, en lugar del Ser, estamos abocados a la infelicidad.
Re-conciliar = Restablecer la concordia.
Gracias por compartir.
<3
Querida Encarna!!! Lo primero gracias por tu comentario.
EliminarEl entusiasmo es la exaltación del ánimo que se produce por algo que cautiva o que es admirado. El término procede del latín tardío enthusiasmus, aunque su origen más remoto se encuentra en la lengua griega. Para los griegos, entusiasmo significaba “tener un dios dentro de sí”. La persona entusiasmada, por lo tanto, era aquella guiada por la fuerza y la sabiduría de un dios, capaz de hacer que ocurrieran cosas.
En la actualidad, se conoce como entusiasmo a aquello que mueve a realizar una acción, favorecer una causa o desarrollar un proyecto. Por ejemplo: “Voy a tratar de despertar su entusiasmo por la lectura con un libro de cuentos”, “Jorge perdió el entusiasmo por el trabajo desde que le recortaron el sueldo”, “Siento un gran entusiasmo ante el viaje que estamos a punto de emprender”.
El entusiasmo puede entenderse como el motor del comportamiento. Quien está entusiasmado con algo, se esfuerza en sus labores y exhibe una actitud positiva ya que tiene un objetivo por cumplir. Un trabajador redoblará sus esfuerzos si sabe que puede acceder a un aumento de salario gracias a un buen desempeño; en cambio, si descubre que cualquier esfuerzo será en vano, es probable que pierda el entusiasmo.
Las palabras son solo eso Palabras, y si bien el origen de la palabra Entusiasmo hace referencia a lo arriba referido, "Dios en Ti" a poco que se investigue en Internet, lo normal es que utilicemos esta palabra para referirnos a la emoción que sentimos hacia la consecución de cosas materiales como un fin en si mismo y al apego consecuente al depositar nuestra Felicidad en estos menesteres.
En realidad utilicemos la palabra que utilicemos, ya sea Alegría, Entusiasmo, o Reverencia por la vida,( ésta última la utilizan los Maestros Ascendidos), la verdadera Felicidad surge de llevar la atención al Dios dentro de ti ( La presencia Yo Soy) y manifestar sus virtudes en la vida diaria con Entusiasmo y Alegría.