martes, 13 de noviembre de 2018

De Turiya a Turiyatita, Extracto del libro Meditación Integral de Ken Wilber.

Independientemente de que esté "despierto" o "dormido" hay, en usted, un tipo de conciencia que permanece esencialmente igual. "Despierto" o "dormido", uno es, en ambos casos, consciente. Independientemente de que esté despierto o dormido hay, en ambos casos, algo de conciencia, de despertar o de darse cuenta. Uno es, de algún modo, la misma conciencia, la misma identidad, el mismo Yo Soy que cuando está despierto, o, dicho en otras palabras, hay algo inmutable y que permanece igual independientemente de que esté "dormido" o "despierto". Y esta sensación de identidad, esta conciencia, es muy diferente de la que caracteriza al ego estándar del estado de vigilia ordinaria identificado con el cuerpo físico. Algo está pasando aquí ¿De qué se trata?
Lo que pasa es que uno está aproximándose a su Yo Verdadero, a su Yo Real, a lo que el Zen denomina su Rostro Original, que los sufíes llaman "Identidad Suprema" y que, según todas las grandes tradiciones, es uno con el Espíritu. Esto significa que, como veremos (y no tardaremos en experimentar directamente), nuestro Yo Verdadero es atemporal y eterno, Nonato e Inmortal y que ni siquiera entra en la corriente del tiempo. Como dice el Zen ―y esto es literalmente cierto―: "¡Muéstrame tu Rostro Original (es decir, tu Yo Verdadero), el rostro que tenías antes de que tus padres nacieran!". Esto, como ya he dicho, significa que, antes de que sus padres nacieran, antes de que el universo naciera y antes que naciera incluso el tiempo, uno tenía ese Yo Real por el simple hecho de que, siendo un Ahora atemporal y una conciencia presente eterna, no se ve afectado por la corriente del tiempo. Y esa eternidad atemporal se torna más evidente cuanto más se aproxima nuestro centro de gravedad de estado al Testigo vacío (o Yo Verdadero) y a la Conciencia de "unidad" no dual (la unidad del Yo Verdadero con el Espíritu y con el universo entero). (Y hay que recordar que "eterno" o "atemporal" no significa un tiempo interminable, sino un momento sin tiempo, un Ahora o un Presente atemporal. Parafraseando a Wingenstein, "si entendemos que la eternidad significa un momento atemporal o sin tiempo, la vida eterna pertenece a quienes viven en el Presente". Y, como en breve veremos, el Yo Verdadero está directamente conectado a este Ahora atemporal).
Esto es algo que podrá experimentar y verificar directamente cuando (en la siguiente sección) hagamos los ejercicios que nos permitan conectar con esos estados más elevados de conciencia. Hasta entonces, sin embargo, permanezca atento.
En la medida en que siga profundizando la práctica de la meditación y pase del estado de sueño sutil al siguiente estadio de estado superior (perteneciente al reino causal puro sin forma y sin sueños), su centro de gravedad de estado seguirá cambiando y se adentrará en el estado de sueño profundo sin sueños, una conciencia muy sutil que tenderá a estar presente. Entonces comprenderá que aunque, en ese estado, no haya casi nada (porque se trata de un estado "sin sueños y sin forma"), usted sigue siendo usted. Todavía hay un grado muy sutil de conciencia o de despertar puro y usted siente su yo exactamente igual que cuando había objetos presentes. (Quienes logran este estadio de los estados presentan una pauta de ondas electroencefalográficas distintiva, ondas delta profundas características del estado de sueño profundo sin sueños, con un añadido de ondas alfa, propias del estado de vigilia, sugiriendo la presencia simultánea de ambos estados, es decir, que, en esos individuos, hay un despertar al estado de ausencia de sueños).
Este estado explica claramente la sensación de un Yo (con mayúscula) que no depende de la identificación con ningún objeto, sino que es radicalmente Libre, Liberado y Emancipado. Se trata de un Yo muy próximo a ese Rostro Original que has sido desde antes de que tus padres nacieran, desde antes del Big Bang, desde antes del tiempo; un Yo ajeno al sufrimiento, la ansiedad, el miedo, el deseo, el apego y el odio; un Yo abierto, claro, libre, transparente y espacioso; un Yo Real, uno con el Espíritu, con el Kosmos y con la Totalidad...

Turiya: El Testigo supremo

Vamos a empezar con el Testigo, el cuarto gran estado de conciencia. (Recordemos que el significado sánscrito del término turiya es, precisamente, el de "cuarto", llamado así porque, después de ordinario, sutil y causal, es literalmente el cuarto gran estado. En cualquiera de los casos, sin embargo, se trata de una noción presente en todas las tradiciones con nombres muy distintos como "conciencia crística", "nous", en Plotino y "purusha", en la filosofía yóguica).
De modo que siéntate, relaja tu mente y cobra conciencia de lo que, en este mismo instante, sientes que es tu yo. Cobra simplemente conciencia de eso a lo que llamas "yo". Luego descríbelo brevemente. Quizás entonces digas: "Tengo tantos años, peso tantos kilos, mido tanto, voy a tal universidad, tengo tal titulación, tengo tal trabajo, mantengo una relación con tal persona, me gusta trabajar con el ordenador, me gustan las películas de tal género y la música de tal otro tipo, la semana que viene es mi cumpleaños", etcétera. (Sigue adelante y dedícate un tiempo a hacer esto. Es importante que tengas una conciencia general y "objetiva" que te permita esbozar una imagen de tu yo tal como ahora mismo lo ves y lo sientes. La siguiente introducción a tu Yo Verdadero funcionará mucho mejor si antes haces esto, de manera que conviene empezar dedicando unos minutos a reflexionar sobre tu yo).
Pero date cuenta de que este proceso implica, en realidad, dos yoes diferentes. Uno es el yo que acabas de ver y describir, es decir, el yo en tanto objeto del que eres consciente. Las descripciones que hemos esbozado en el párrafo anterior se referían a objetos que puedes ver, es decir, a cosas que puedes ver sobre ti mismo. Pero, por otro lado, también está el yo que lleva a cabo la descripción, el Vidente real, el Yo observador, el Testigo. Este Yo mira, pero del mismo modo que la lengua no puede degustarse, no puede verse a sí mismo. No se trata de un objeto que pueda verse, sino de un Sujeto puro, de un Vidente puro. El maestro Zen del siglo XX Zenkai Shibayama lo llamaba "Subjetividad Absoluta" y Ramana Maharshi, el "Yo-Yo", es decir, el gran Yo que es consciente del pequeño yo. Si tratas de descubrir a ese Vidente y acabas viendo algo, no se tratará del Sujeto real, el Vidente real o el Yo real, sino de un mero objeto. El Yo real, el Vidente real tiene una conciencia del tipo: "Yo veo la montaña, pero no soy la montaña. Yo tengo sensaciones, pero no soy esas sensaciones. Yo tengo sentimientos, pero no soy esos sentimientos. Yo tengo pensamientos, pero no soy esos pensamientos. Yo no soy nada que pueda ser visto. Soy el Vidente puro".
Cuando descansas en el Vidente puro, cuando descansas en el Testigo, no ves ningún objeto concreto (cualquier objeto que veas está bien); lo único que entonces adviertes es una sensación de Libertad, de Abertura, de Espacio o de Claro, porque no estás identificado con ningún objeto, sino que simplemente los atestiguas y, al atestiguarlos, eres libre de ellos. Tienes sentimientos y eres consciente de ellos, pero no eres esos sentimientos... y estás libre de ellos. Tienes pensamientos y eres consciente de ellos, pero no eres esos pensamientos... y estás libre de ellos. Todo este tiempo has estado identificado con alguno de los objetos que puedes ver y los has tomado erróneamente por tu yo real, cuando lo cierto es que no son un yo real, no son un sujeto real, no son el verdadero Vidente, sino simplemente algo que ves, un mero objeto. El primer yo, el yo que has descrito hace un par de párrafos, es precisamente lo que no eres, es decir, lo que real, verdadera y profundamente no eres... Esta es la razón por la cual las tradiciones meditativas de todo el mundo afirman que somos víctimas de un caso de identidad confundida que nos lleva a identificar al Vidente con algo que puede ser visto. (Patanjali, el gran codificador de las enseñanzas del yoga indio, dijo que el ego ignorante y no iluminado es fruto de "la identificación del Vidente con los instrumentos de la visión").
Y, si bien el Vidente o Testigo es infinito (y uno con el Espíritu), el yo que puede ser visto, es decir, el ego pequeño, es finito, parcial, limitado, fragmentado e impulsado por el miedo. El Testigo no tiene miedo, sino que observa el miedo. El Testigo no es víctima de la vida, sino que la atestigua. Y, cuando nuestra identidad cambia del pequeño yo visto o yo objeto al Vidente verdadero o Yo Real, experimentamos una extraordinaria sensación de Libertad y de Liberación, un océano de Abertura, un Claro o Espacio inmenso en el que emergen, instante tras instante, todos los objetos, tanto internos como externos. Somos lo que el Despierto denominó neti, neti, lo que significa "no es esto, no es esto" (1). Yo no soy esto, yo no soy eso, yo no soy ningún objeto o cosa que pueda ser vista, sino la inmensa Abertura o Claro en el que todos los objetos o cosas pueden emerger ahora, ahora y también ahora.
Esta inmensa abertura es una sensación continua de puro Yo Soy. Te des o no cuenta de ello, eres una conciencia omnipresente (presente hasta en el estado de sueño profundo sin sueños). "Yo soy" es una experiencia constante y omnipresente que siempre has tenido. Probablemente, no recuerdes lo que hacías hace un día o hace un mes..., pero puedes estar completamente seguro de que Yo Soy estaba presente. Probablemente, tampoco recuerdes lo que hacías hace una década, pero puedes estar completamente seguro de que Yo Soy estaba presente. Probablemente, no recuerdes lo que hacías hace un siglo o milenio, pero puedes estar completamente seguro de que Soy estaba presente. Y esa eternidad no significa que Yo Soy dure un tiempo interminable, sino que es atemporal, que mora en el presente, en el Ahora puro y que, como jamás entra en la corriente del tiempo, en él está presente el tiempo entero. El Testigo es consciente del tiempo, razón por la cual está libre de él (neti, neti). Y ya hemos visto que el significado real de "eternidad" no es un tiempo interminable, sino el Presente puro o el Ahora atemporal, un momento libre de tiempo. Parafraseando a Wingenstein, podemos decir: "Si entendemos que la eternidad no significa una duración temporal interminable, sino un momento sin tiempo, la vida eterna pertenece a quienes viven en el Presente". Y, como siempre estás arraigado en el Yo Soy puro, siempre estás, lo comprendas o no, viviendo en la eternidad (descansando como Yo Soy).
(¿Cómo es el Testigo consciente del Ahora sin hacer, para ello, ningún esfuerzo? Piensa, por ejemplo, en cualquier momento del pasado. Crees que ese pasado es real, pero date cuenta de que solo eres directamente consciente de un recuerdo de ese pasado y de que ese recuerdo solo emerge en el Ahora. Ese pensamiento del pasado está, en realidad, ocurriendo Ahora. Y, cuando ese pasado estaba realmente ocurriendo, es decir, cuando era real, también se trataba de un Ahora presente. Si piensas, por ejemplo, en cualquier acontecimiento futuro, ese pensamiento también tendrá lugar en el presente, en el Ahora. Y, cuando ese futuro se torne real, es decir, cuando realmente ocurra, también lo hará en un Ahora presente, Como dijo Schrödinger, el cofundador de la mecánica cuántica: "el Presente es la única cosa que no tiene fin". No existe absolutamente nada más que el Ahora tal y como se despliega, ahora, ahora, ahora y también ahora. Ahora es la única cosa que aparece en tu conciencia. Y que el Testigo sea siempre consciente del Ahora significa, como veremos, que mora en la eternidad. Algunas prácticas espirituales insisten en la necesidad de ejercitar "vivir el ahora" o "estar aquí y ahora", centrando toda nuestra atención en el presente y excluyendo deliberadamente todo pensamiento relativo al pasado y al futuro, pero lo cierto es que ese sería un presente muy limitado. El verdadero Ahora no es algo que tengas que lograr, sino algo imposible de evitar ―es todo aquello de lo que eres y has sido consciente― y abarca e incluye, en su eterno abrazo atemporal, la totalidad del tiempo... incluidos los pensamientos relativos al pasado, el presente y el futuro).
Recuerda el dicho Zen que dice: "Muéstrame tu Rostro Original, el rostro que tenías antes de que tus padres nacieran". ¿El Yo que tenías antes de que tus padres nacieran? Sí, y esto es algo que el Zen se toma de manera muy seria y literal, pero no como metáfora o símbolo porque, si lo entiendes correctamente, se trata de algo que puedes experimentar de manera directa. Tu Rostro Original es el Yo Verdadero, el Testigo, el Vidente Real que existía antes de que nuestros padres nacieran por el simple hecho de que jamás ha entrado en la corriente del tiempo. Existe en el Ahora atemporal. Es consciente del tiempo pasajero, pero como está fuera del tiempo, es atemporal (ese, dicho sea de paso, es el verdadero significado del término "eterno"). Eso es, precisamente, lo que hace el Testigo, atestiguar siempre perfectamente todos los objetos, acontecimientos y cosas que emergen en esta inmensa y vacía abertura que es Ahora.
Cristo dijo: "Antes de que Abraham fuese, Yo Soy", algo completamente cierto. Y, de la misma manera, Dios dijo: "Yo Soy el que soy". Ese Yo Soy, la sensación pura, directa e inmediata de Yo Soy ―no de que soy esto o de que soy aquello, sino la sensación pura, directa e inmediata de Yo Soy― es atemporal, eterna, el Rostro Original que tenías antes de que tus padres nacieran, antes de que el universo naciera, antes de que el tiempo naciera... ¡Ahora mismo! (Exactamente el mismo Yo Soy que, en este mismo instante, estás experimentando. ¿Eres consciente de eso, no es cierto? Tal como es antes de cualquier otra cosa. ¡Eso has sido, eso eres y eso serás siempre!)...

Turiyatita: La Conciencia de unidad no dual última

La libertad última del Testigo puro descansa en una verdad todavía más profunda, según la cual no solo no somos ninguno de los objetos que afloran instante tras instante porque, en nuestra naturaleza más profunda, somos todos ellos. Así pues, eres todos los objetos, todos los sujetos, todas las cosas y todos los acontecimientos que emergen en cualquier momento y en cualquier lugar. Realmente estás en un estado omnipresente de Conciencia de unidad en el que tu Testigo verdadero es uno con todo lo que atestigua, sea ordinario, sutil o causal. Tratemos ahora de experimentar eso...
Siéntate cómodamente, relaja tu mente y elige cualquier objeto que aparezca ahora mismo en tu conciencia como, por ejemplo, un árbol, una mesa, una taza, un ordenador o un edificio, lo que sea. Colócate luego en la actitud del Testigo, es decir, contempla ese objeto desde la perspectiva del Vidente puro, del Yo observador puro. Y eso significa atravesar el proceso de neti, neti, es decir, "yo tengo sensaciones, pero no soy esas sensaciones; yo tengo sentimientos, pero no soy esos sentimientos; yo tengo pensamientos, pero no soy esos pensamientos. Yo no soy nada de eso. Yo Soy el Testigo puro, la Conciencia pura que todo lo observa".
Permite ahora, mientras contemplas ese objeto, que el Yo observador, es decir, El que mira, se disuelva. Suelta cualquier sensación de ser un observador y concéntrate completamente en el objeto. Deja que el objeto emerja en tu conciencia como algo que se sustenta en sí mismo. Deja que la sensación del objeto expulse de tu conciencia cualquier sensación de observador que aflore y permanezca. Tú no lo ves, porque tú no existes. Lo único que hay es el objeto apareciendo en el espacio abierto y vacío de la conciencia, sin nadie que mire, solo el objeto apareciendo en su aseidad, únicamente el objeto.
Douglas Harding
Douglas Harding
Este es un estado al que Douglas Harding denominó "vivir sin cabeza" (2). Funciona del siguiente modo: date cuenta, en la medida en la que la conciencia del objeto sigue aflorando, de que lo hace directamente sobre tus hombros, en el mismo lugar en el que antes estaba tu cabeza. Es decir, no puedes ver la cabeza apoyada en tus hombros y, donde creías que estaba tu cabeza, solo ves el objeto apoyado en tus hombros. (En términos de tu experiencia directa ―es decir, en los términos de los que realmente eres consciente―, no puedes ver tu cabeza, sino tan solo un par de protuberancias (tu nariz), pero, en lo que respecta a tu conciencia directa, tu cabeza no es más que un gran espacio vacío, una abertura, un claro, una Vacuidad pura. Y, si miras con detenimiento, verás que el objeto está realmente en ese Espacio vacío en el que antes estaba tu cabeza. De eso es, precisamente, de lo que eres consciente...).
No hay algo aquí, dentro de tu rostro, ni ahí, fuera de tu rostro; todo lo que ocurre aflora aquí, en el interior de tu rostro, sobre tus hombros, en el lugar en el que antes solía estar tu cabeza. De hecho, el mundo de ahí fuera ―el universo entero― aparece de este lado de tu rostro, dentro de ti, donde antes solía estar tu cabeza. Tu cabeza desaparece en el Espacio o Claro en el que ahora, ahora y también ahora emergen todos los objetos. Eres uno con todo lo que emerge instante tras instante. No puedes ver el objeto, sino que eres el objeto; no puedes ver la montaña, sino que eres la montaña... que emerge ahí, donde antes solía estar tu cabeza. No puedes sentir la Tierra, sino que eres la Tierra, y tampoco puedes ver las nubes, sino que eres las nubes. Tú eres la totalidad del mundo manifiesto emergiendo instante, tras instante, tras instante en este lado de tu rostro, donde antes solía estar tu cabeza, emergiendo dentro de ti. Y, por tanto, la sensación de "tú" se expande a la totalidad del espacio, ese espacio inmenso que antes estaba "fuera de ti", pero que ahora es completamente uno contigo... Tú eres ese espacio, esa abertura, ese claro abierto. La sensación de ese espacio (en el que todo emerge) y la sensación de ti (esta sensación abierta, vacía y sin cabeza) son una y la misma sensación, una y la misma cosa. Ese espacio eres tú y tú eres ese espacio en el que todo existe y en cuyo interior todo emerge, ese espacio o ese tú sin cabeza. Tú no estás en esta habitación, sino que esta habitación está en ti, en tu espaciosa conciencia no dual, en este claro abierto en el que antes solía estar tu cabeza.
Cuando le preguntaron a Chögyam Trungpa Rinpoché cómo sentía la iluminación (es decir, no el modo en que la definía intelectualmente, sino el modo en que la sentía), dio una respuesta que inicialmente parecía absurda: "El cielo se convierte en una inmensa tortita azul que cae sobre tu cabeza". Y esto, por más extraño que pueda parecer, es exactamente así. El cielo (que solía estar "fuera de aquí" y "separado de ti") se convierte en algo que "cae" sobre tu cabeza, algo que ahora te "toca" directamente, algo que es directamente uno contigo, algo que ocupa el lugar en el que antes estaba tu cabeza. Es una gran extensión azul que ahora mismo está sobre tus hombros, en tu no-cabeza y con la que tú eres uno.
Esta sensación de unidad sin cabeza con todo lo que emerge es un atisbo de la auténtica Conciencia de unidad. Es la unión entre la Vacuidad de tu cabeza ―que no puedes ver en tu campo visual y que es solo un espacio abierto y claro― y la forma de todo lo que emerge. Esa es la Conciencia de unidad. En ese estado de unidad, puedes experimentar la libertad perfecta (porque, al no estar identificado con ninguna cosa o acontecimiento individual que emerja, eres libre de todas y cada una de las cosas), pero también experimentas la plenitud perfecta porque, aunque no estés identificado con ningún ítem concreto aislado, estás identificado con todos ellos; sientes que eres el universo entero apareciendo en este lado de tu rostro, emergiendo en tu interior, donde antes solía estar tu cabeza. Puedes degustar el cielo y saborearlo, tan próximo (porque no hay separación entre el Vidente y lo visto) que literalmente lo tocas y eres Un Solo Sabor con todo lo que aparece donde antes solía estar tu cabeza; tan próximo que, contemplando el océano Pacífico, puedes palparlo con los dedos y sostenerlo entre ellos. Así de simple, así de fácil, así de próximo, aquí mismo...

La Gran Perfección



Descansa, pues, en Un Solo Sabor del Ahora atemporal; descansa en el espacio claro, abierto, inmenso y vacío de la Conciencia de unidad en la que todo lo que aparece en el universo entero lo hace dentro de ti, en el interior espacioso, callado e inmenso de tu Conciencia sin cabeza. Si aparecen pensamientos, déjalos aflorar simplemente como parte de esta unidad total o Gran Perfección. Si lo que aparece es tu yo o ego separado, déjalo emerger simplemente como parte de esa unidad total o Gran Perfección. Si lo que aparece es el dolor o el sufrimiento, deja que emerjan simplemente como parte de esa unidad total o Gran Perfección. Si crees entender esto, deja que esa comprensión aflore simplemente como parte de esa unidad total o Gran Perfección. Y, si hay aspectos que no entiendes, deja que esa incomprensión aflore simplemente como parte también de esa unidad total o Gran Perfección. Lo entiendas o no, en el Ahora omnipresente hay una Conciencia no dual y sin cabeza que, sin necesidad de hacer absolutamente nada, abraza espontáneamente el universo entero. Bienvenido, pues, a casa. Siempre ha sido así.

sábado, 8 de septiembre de 2018

Grupo "Fraternidad" de Sevilla. Estudios Teosóficos 2018-2019

¡Participa en los Subgrupos de Estudio del GETS!


Grupo de Estudios Teosóficos Fraternidad de Sevilla (GETS)
Subgrupos de Estudio para el Curso 2018-2019
(Octubre 2018 a junio 2019, ambos inclusive)

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+Subgrupo 1: “Teosofía: Curso básico”
Libro de referencia: “Curso básico de Teosofía”, de Emogene Simons (Adaliz Ediciones)
Primeros miércoles de mes

+Subgrupo 2: “Cosmogénesis: Lo Inmanifestado y su Manifestación”
Segundos miércoles de mes
Libro de referencia: “El hombre, Dios y el Universo”, de I. K. Taimni (al no estar editado en España, se facilitará en formato PDF)

+Subgrupo 3: “El conocimiento de sí mismo: Constitución septenaria y auto-transformación”
Terceros miércoles de mes
Libro de referencia: “El conocimiento de sí mismo”, de I. K. Taimni (Editorial Teosófica)

+Subgrupo 4: “Aproximación a la ciencia del yoga y la meditación”
Cuartos miércoles de mes
Libro de referencia: “Una aproximación al yoga”, de Danielle Audoin (Editorial Teosófica)

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+Todas las sesiones se desarrollarán de 19:00 a 21:00 horas en el “El Rincón de Kiko” (C/ San José, 21-23, Bajo).

+El número máximo de participantes en cada subgrupo es de 35. Las plazas se asignarán por estricto orden de solicitud. Esta puede realizarse directamente en “El Rincón de Kiko” o mediante email, indicando nombre y dos apellidos, a la siguiente dirección: teosofia.sevilla@gmail.com (sin acento en teosofia).

+Todos los subgrupos serán coordinadas por miembros del Grupo de Estudios Teosóficos Fraternidad de Sevilla.

miércoles, 29 de agosto de 2018

martes, 28 de agosto de 2018

Curso de 8 semanas basado en Mindfulness




 Objetivos del curso:
·         Controlar nuestro estrés personal a través de técnicas de Mindfulness.
·         Cambiar las conductas reactivas que nos genera malestar.
·         Mejorar el manejo de nuestras emociones.

- Fechas y horarios:
·         Inicio: martes 2 de octubre de 2018.
·         Fin: martes 20 de noviembre de 2018.
·         Horario: de 18:00 a 20:30 (la primera sesión será de 17:30 a 20:30)

- Plazo y método de inscripción:

El plazo de inscripción finaliza el 27 de septiembre.

Para inscribirse, es necesario rellenar la ficha de solicitud vía online o en sede y realizar un pago de 40 euros reservando su plaza y poder disfrutar de este curso. Así mismo, señalar que la donación irá destinada directamente a la gestión de la sede y organización de actividades del Teléfono de la Esperanza en Sevilla.

Plazas asignadas por orden de inscripción. El taller se realizará con un mínimo de 8 personas. En caso de no alcanzar el número mínimo, se aplazará la fecha hasta alcanzar el número mínimo.

Por su comodidad y por mayor transparencia le solicitamos que realice el abono por transferencia bancaria, recuerde señalar su nombre y el taller o/y curso que desea realizar. 

- Transferencia bancaria indicando su nombre y el nombre del curso:
LA CAIXA: ES11  2100  2588  2902  1006  0604 


- En la propia Sede horario de mañanas de 9:00 a 20:30 horas. Avenida Cruz del Campo, 24. Sevilla.

Si una vez hecho el pago, no pudiese acudir al taller, se le devolvería el dinero, siempre que lo notifique hasta una semana antes del comienzo del taller. El importe se devolverá en efectivo en nuestra sede.

Recomendamos que no asistan al mismo curso personas con una relación estrecha (parejas, hermanos, padres-hijos, etc.), para facilitar la apertura y la expresión emocional.

Si una vez hecha la reserva, le es imposible acudir al taller, se devolverá el importe abonado siempre que se notifique con  una semana mínima de antelación a la fecha de inicio.

Para cualquier duda, puede ponerse en contacto con el Teléfono de la Esperanza en el 954 57 68 00.
Inscripciones aquí:

miércoles, 6 de junio de 2018

Hermano Almendro

Le dije al Almendro:
"Hermano Almendro, háblame de Dios......
y el Almendro floreció.
                                                                Kazantzakis









"los ríos no beben su propia agua:
los árboles no comen sus propios frutos; 
el sol no brilla para sí mismo;
y las flores no esparcen su fragancia para ellas.
Vivir para los otros es una regla de naturaleza......
La vida es buena cuando tú estás feliz; 
pero es mucho mejor cuando los otros son felices por causa tuya."
Nuestra naturaleza es el servicio:
Quien no vive para servir; No sirve para vivir

sábado, 2 de junio de 2018

ILUMINACION




¿Qué hace falta para alcanzar la iluminación?


«¿ Qué hace falta para alcanzar la Iluminación?», preguntaron los discípulos.
Y respondió el Maestro:
«Hay que averiguar qué es lo que cae en el agua y no produce ondas, se mueve entre los árboles y no hace ruido, atraviesa un prado y no mueve una sola brizna de hierba».                                                                                                                                                                                                                                                           

Después de reflexionar durante semanas, los discípulos se dieron por vencidos:
«¿ Qué cosa es ?»
«¿Cosa?», preguntó el Maestro.
« i No es ninguna cosa!»
«Entonces, ¿no es nada?»
«Ésa sería una forma de decirlo. . .»
«¿Y cómo podemos buscarlo?»
«¿He dicho yo que hubiera que buscarlo? Se puede encontrar, pero no se puede buscar.
Si se busca, no se encuentra».

Regarde (mirar)( cortometraje premio de la audiencia)




Cortometraje de David Kadoche

jueves, 24 de mayo de 2018

Quien conquista........

"Quien conquista el temor a la oscuridad, es capaz de descubrir los secretos que oculta y llevarlos hacia la Luz."  L.V.X

domingo, 20 de mayo de 2018

¿Hay conciencia después de la muerte?

Pim Van Lommel, cardiólogo: investiga regresos de la muerte

“Hay conciencia después de la muerte”

Doctor Vida. Un reputado investigador, J.M.R., me envió el artículo de Van Lommel en ‘The Lancet’ donde cuestionaba los conceptos de muerte, vida y conciencia en medicina para acercarlos a los de espacio tiempo en física cuántica. Acertó al sugerirme entrevistarlo. Volví a ver a Van Lommel en el 2012: se había consagrado –y sigue– a estudiar la conciencia tras la muerte. De nuevo me transmitió paz y serenidad. (Entrevista publicada el 20/II/2002)

Tenía 42 años y sufrió un infarto en el autobús. Llegó a mi hospital en coma, ya azul, sin pulso ni respiración. Lo intubamos. La enfermera le quitó la prótesis dental para conectarle el tubo...
¿Y murió?
Clínicamente estaba muerto. Pero al cabo de hora y media su corazón volvió a latir débilmente. Tras una semana abrió los ojos y la primera persona que vio fue aquella enfermera que le había intubado cuando estaba en coma.
¿Y...?
Fue la enfermera la que casi sufre un ataque entonces, porque el paciente que ella había visto muerto la saludó y le dio las gracias por haberle intubado con mimo. Y le preguntó dónde había puesto su prótesis dental...
No es la primera vez que se explican estas experiencias: túneles, luces blancas...
Pero es la primera vez que la prestigiosa The Lancet publica un estudio como el mío, que desafía nuestro concepto de conciencia.
Cuénteme.
Es el primer estudio científico prospectivo, no retrospectivo; es decir, no explicamos experiencias después de la muerte (EDM), porque ya han sido suficientemente documentadas, sino que apuntamos las causas que las producen.
Pues explique.
Estudiamos 344 casos de pacientes que habían sufrido un ataque cardiaco y estaban clínicamente muertos. Sólo 62 de ellos (el 18 por ciento) había experimentado una EDM.
No son muchos.
Precisamente por eso, no aceptamos la explicación meramente fisiológica de esas EDM. Como sabe, hay tres explicaciones médicas hoy aceptadas para justificar las EDM.
No lo sabía, pero me estoy enterando.
La primera es fisiológica: la anoxia (falta de oxígeno) en el cerebro daría lugar a alucinaciones, luces blancas y demás.
Resplandor blanco al final del túnel.
Luego hay otra teoría, la psicológica, que sostiene que esas EDM son fruto del miedo a la muerte. Y luego una tercera teoría afirma que las EDM son consecuencia de la mezcla de anoxia y el miedo a la muerte.
¿Y usted qué cree?
Yo he demostrado que no puede ser la anoxia, pues todos los pacientes la padecen y, por tanto, todos tendrían también que experimentar una EDM. En cambio, sólo el 18 por ciento de quienes la experimentan tiene una EDM. Tampoco acepto la teoría psicológica, porque los 344 pacientes que entrevisté no tienen conciencia de haber sufrido ese miedo a la muerte.
¿Y son sinceros siempre?
Sus recuerdos son precisos, claros y muchas veces comprobables, como el de la prótesis que le explicaba. Pero no cuestione mi estudio. ¿Por qué no cuestiona nuestra idea de conciencia?
Estoy dispuesto.
Muchos médicos, cuando oyen estas historias de pacientes, prefieren atribuirlas a alucinaciones, al trauma, a lo que sea, porque cuestionan su concepto de conciencia y de muerte.
¿Y usted?
Yo ya no puedo aceptarlo tras mis 31 años de cardiólogo y de haber visto morir a cientos de pacientes y resucitar a decenas de ellos. La medicina oficial considera que la conciencia es un producto del cerebro y por lo tanto desaparece cuando desaparecen las funciones cerebrales.
Eso tiene su lógica...
¡Pero la realidad y mi experiencia lo desmienten! Estos enfermos con sus EDM demuestran que hay conciencia después de la muerte y la tenían cuando ya estaban clínicamente muertos y sin funciones cerebrales. Su percepción estaba encima de su cuerpo y fuera de él. ¡Y tuvieron experiencias ultrasensoriales comprobadas!
¿Y usted qué piensa?
Me interesa el concepto de conciencia como retransmisor de ondas, una especie de televisión que repite ondas que llegan de otro sitio. Así que, aunque el cerebro deje de funcionar, la conciencia sigue retransmitiendo.
Interesante.
Y me intriga ver cómo las experiencias después de la muerte cambian la vida de mis pacientes. ¿Sabe que el 70 por ciento de los regresados se divorciaron poco después?
¿Por qué?
Porque ya eran otras personas y su nueva personalidad no casaba con su antigua pareja. Cuando regresan de la muerte, los pacientes con una EDM ya son otras personas.
¿Por qué?
Han perdido el miedo a la muerte, pues han estado allí y saben que no pasa nada, que de algún modo siguen estando en alguna parte. Y eso les cambia su manera de vivir.
Pero no son ellos ya...
¡Por ahí va usted bien! Ahora siga pensando conmigo...
Lo intentaré.
¿Cómo es posible que cambiemos nuestro cuerpo hasta la última célula unas 50 veces en 80 años –si es que llegamos a vivirlos– y sigamos siendo nosotros?
¿Aún somos nosotros?
Siga haciéndose preguntas. ¿Está la conciencia ligada a nuestro yo o puede ir más allá? Está claro que puede ir más allá de la muerte. Lo hemos demostrado.
Doctor, no sé si yo quiero ir más allá.
Ese es el problema de muchos humanos y, no crea, también de muchos médicos.
¿Y usted?
A mí, este estudio me ha cambiado la vida porque, si no temes la muerte, cambias tu vida.

Más allá

“Si estoy yo, no está la muerte; si está la muerte, no estoy yo. ¿Por qué, pues, preocuparnos de ella?”. Lo decía Epicuro y para mí era suficiente hasta ahora, pero el doctor Van Lommel me lo deja inservible: si está la muerte, seguimos estando nosotros. La pregunta es: ¿seguimos siendo nosotros? Y si no somos nosotros ya, ¿quiénes somos? Como todos los grandes avances, el de Van Lommel, avalado por The Lancet (“Near death experience in survivors of cardiac arrest: a prospective study in the Netherlands”, diciembre del 2001), más que responder, plantea un montón de preguntas. Al contestar a las mías, Van Lommel me ha transmitido la tranquilidad de un hombre feliz, porque se ha asomado al más allá como científico y le ha gustado.

viernes, 18 de mayo de 2018

Magia Ritual de las Escuelas de Misterios Occidentales

La Magia : El Sendero de la Transformación Interna por Paul A. Clark

La Adepta Dion Fortune definió la magia como “el arte de causar cambios a voluntad en la consciencia”. Otro Adepto, Paul Case, definió el tema como “el arte de determinar las formas y los tamaños que el velo de la Realidad va a adoptar en el mundo externo...”.

Y la Fraternidad de la Luz Oculta define la magia como “el arte de producir efectos deseados, iniciados por cambios en la consciencia, mediante la dirección o el alineamiento con las fuerzas secretas del cosmos”. 
Una de las primeras cosas que resultan evidentes, incluso tras la lectura superficial de estas definiciones, es que lo que una persona corriente piensa cuando oye la palabra “magia” se parece bien poco a lo que significa para el Iniciado de la Tradición Occidental de Misterios.

Los efectos del escenario ilusionista o la Misa Negra que se encuentran en las novelas terroríficas de ocultismo guardan escasa relación con la ciencia de la creación Interna de los adeptos.
Se piensa que la palabra magia proviene del antiguo lenguaje Persa y que tiene su origen en el término “magi”, la casta sacerdotal de la religión de Zoroastro. Los tres sabios de la leyenda de la Epifanía en la Biblia eran tradicionalmente "magi"


En los 10 grados de iniciación de los Misterios Occidentales asignados al Árbol de la Vida, el anterior al más elevado es llamado “9°=2°, Magus”. La actividad que se atribuye a este nivel es la Sabiduría.

Por tanto podemos deducir que la Magia es la Ciencia de los Sabios. En cuanto a la magia que se estudia y se practica en nuestra Orden, es bastante similar en muchos aspectos a una ciencia psicológica muy avanzada. Para comprender adecuadamente como funciona la magia es necesario examinar uno de los principios cardinales de la consciencia postulado por la Fraternidad de la Luz Oculta: “La Causa es siempre interna”.

Nos estamos creando continuamente a nosotros mismos y a nuestro mundo mediante las imágenes que sostenemos habitualmente en nuestra consciencia. El mundo de los efectos nunca causa lo que somos o lo que hacemos. Nuestras reacciones a tales estímulos a veces nos dan la impresión de que las circunstancias externas nos controlan, pero esto es una ilusión. Cuanto más en armonía estén nuestras imágenes con la realidad esencial de la Unidad del Ser, más felices seremos. Si somos infelices con nuestras circunstancias actuales, sólo necesitamos reestructurar nuestro universo Interno y nuestro mundo externo se remodelará a sí mismo para plasmar ese patrón.

Nuestro vínculo con el universo Interno se establece mediante esa parte de nuestra mente llamada subconsciente. En algunos aspectos es idéntica con el concepto Junguiano del inconsciente colectivo. Este texto no va a profundizar en la discusión de los asombrosos poderes del subconsciente excepto para afirmar que es a través del subconsciente como entramos en contacto con la gente y con los recursos necesarios para alcanzar cualquier meta.

Este poder es controlable, siempre que se acceda al subconsciente del modo adecuado. La Tabla Esmeralda de Hermes declara que la Gran Obra (La Regeneración de la Conciencia) se lleva a cabo “Suavemente y con gran ingeniosidad...”.
El subconsciente tiende a resistirse a las exigencias, pero responde con prontitud a las indirectas y a las sugestiones, especialmente cuando tales sugestiones se presentan en forma visual a través de símbolos.Tales sugestiones se vuelven especialmente poderosas cuando los símbolos presentes representan niveles arquetípicos. Por ejemplo, una sugestión para mejorar la adquisición de sabiduría será más eficaz si se usa el símbolo del “viejo sabio”. Un ceremonial mágico dispuesto adecuadamente desplegará una simbología multisensorial que proveerá una imagen poderosa a la mente interna.

La Iniciación Ceremonial (una forma de magia) afina y ajusta el vehículo físico y sus equivalentes sutiles (incluyendo al subconsciente) de acuerdo a las frecuencias deseadas de la fuerza vibratoria. Esas partes que corresponden a los vehículos del aspirante pueden ser despertadas y desarrolladas con un proceso similar al de la resonancia (como un diapasón y una cuerda de piano).
Una necesidad fundamental para construir “sugestiones rituales” eficaces es un conocimiento cabal sobre qué símbolos corresponden a sus energías arquetípicas respectivas.
Estas correspondencias simbólicas y sus tablas de referencias cruzadas forman parte de los secretos mejor guardados de los iniciados de las fraternidades esotéricas (aunque se han publicado bastantes durante el siglo XX, muchas de las atribuciones dadas eran falsas, posiblemente para confundir o sabotear a los inexpertos).

 Aunque es bien cierto que se usan determinados implementos, accesorios, etc. en formas más elaboradas de magia ceremonial, ninguno de esos recordatorios externos es indispensable. El practicante experto no depende de tales ayudas para lograr resultados exitosos. Aunque el verdadero mago desarrollará amor por ellas y seguramente intentará rodearse de cosas maravillosas, éstas no se requieren para el ejercicio de su arte. Las “cosas” no tienen poderes mágicos inherentes en sí mismas. Este autor conoció a una Adepta que hizo la mayoría de sus rituales en su imaginación mientras estaba tumbada en la cama, ¡y obtuvo un éxito consistente!.

Recuerde, todos los símbolos del ritual se diseñan para reforzar una imagen mental (o sugestión) clara del efecto deseado. Tales imágenes se convierten en formas de pensamiento que actúan como modelos a través de los que lo Interno toma forma en lo externo. Un ritual eficaz plantea una poderosa sugestión a nuestro subconsciente. Construye una forma de pensamiento mediante el uso de todos los sentidos. Se estimula la visión mediante símbolos; el sabor con el vino, sal, pan, etc.; el oído, mediante cánticos; el olfato, mediante perfumes e inciensos; el tacto, con la ropa que se viste y los implementos que se sostienen. Las imágenes mentales son mucho más poderosas cuando se usan multitud de medios para evocarlas. La eficacia de un ritual depende en grado sumo del entendimiento del operador sobre lo que dice y hace.

Transitar en los movimientos de un ritual sin comprender el porqué de cada paso, reduce pronto esta alta ciencia al nivel de la mera superstición. Se hace necesaria una advertencia para el mago en ciernes. Muchos novicios (o grupos de novicios en especial) deciden “hacer rituales” sin una base fundada sobre una teoría válida. Intentan llegar a ser expertos leyendo unos pocos libros sobre el tema. Del mismo modo que el ritual puede proporcionar una potente sugestión hacia el bien, un ceremonial incorrectamente elaborado o pobremente ejecutado puede ser dañino. En la mayoría de las ocasiones, un ritual mal hecho no funciona, pero podría, en algunos casos, causar problemas específicos debido a una mala sugestión. El color y el sonido son particularmente poderosos para curar y para dañar. Tal y como me comentaba mi amigo Robert Wang (autor de The Qabalistic Tarot [el Tarot Cabalístico]) “Muchos piensan que el Color y el Sonido son meramente simbólicos, pero no son símbolos, ¡son auténticas fuerzas!”.

 Otra advertencia oportuna: La fuerza invocada por la magia es neutral. Puede usarse para el bien o para conductas antisociales. Los iniciados comprenden que el mal uso de tales potencias acarrea un coste terrible. Nunca es bastante insistir en que la excusa de que “el fin justifica los medios” es una trampa que conduce al sendero de la mano izquierda.

Cuando recordamos que el vehículo personal del mago es el amplificador de tales fuerzas, comprendemos por qué el sendero de la mano izquierda, también llamado magia negra, conduce sin lugar a dudas, inexorablemente, al deterioro físico y psíquico del falso mago. Algunos expresan su objeción contra el uso de un modelo fijo y lo encuentran fastidioso en relación con sus esfuerzos hacia el desarrollo espiritual. Pueden alegar que prefieren una realización más fácil y fluida, pero pocos son los que pueden sostener una forma de pensamiento lo bastante clara y durante el tiempo suficiente como para cambiar sus antiguos hábitos sin la ayuda de un modelo estructurado. Otra objeción planteada es que el uso de la magia ritual complica demasiado el asunto. Algunos preguntan por qué no bastaría con meditar y afirmar nuestra intención. A pesar de que no subestimamos la importancia tanto de la práctica de la meditación como de la afirmación, entendemos que muy pocos son tan expertos en la visualización o pueden expresarse verbalmente con tanto poder como para ser capaces de implantar la impresión necesaria en la consciencia Interior. 

Cuando hacemos un gesto simbólico le estamos diciendo a nuestro subconsciente lo que puesto en palabras supondría páginas. Paul Case escribió que cuando un mago efectúa un ritual “... Hace un modelo mental que es como una pintura a todo color, mientras que la visualización o las palabras habladas son como un esbozo a lápiz”. Vamos a “construir” un ejemplo de ritual mágico y aplicar la teoría que acabamos de comentar. El primer punto que examinaremos es conocido como “la intención” del rito. Es el propósito de la ceremonia. Muchos fracasos ocurren porque no se formula con claridad la meta del proyecto. Si no sabemos a dónde vamos, ¡no debería sorprendernos si no llegamos!. La intención es la clave, porque guía todas las decisiones subsiguientes. El ritual en su totalidad se construye alrededor de este núcleo. En nuestro ejemplo, escogeremos como intención el logro de una consciencia espiritual acrecentada. Refiriéndonos a la serie de las Tablas de Correspondencias (Usaremos las publicadas por Dion Fortune en su Qabalah Mística) veremos que este objetivo está bajo la regencia de la sexta Sephirah, Tiphareth o Belleza. Así, podríamos componer un ritual usando las correspondencias de Tiphareth. Por tanto, nuestro templo y nuestro altar estarían revestidos de colores amarillos y dorados. Se usaría el número 6, por ejemplo, en los golpes, en las circulaciones, o en el número de velas. El incienso sería olíbano, o canela, los inciensos de Tiphareth y del Sol. Vestiríamos ropajes amarillos y llevaríamos en el pecho un lamen de seis lados, dorado (o coloreado en oro) con el símbolo del Sol. Esto puede proporcionar al aspirante en general una idea sobre el uso de las tablas de correspondencias. Empezaríamos nuestra ceremonia meditando sobre nuestra meta y leyendo textos inspiradores sobre el tema. Miraríamos la clave del Tarot adecuada (en este caso la Clave 14, La Temperancia, asignada al Conocimiento y Conversación de nuestro Santo Ángel Guardián). Es tradicional un baño purificador, usando agua con un poco de sal. Nuestra intención debería ser la de limpiar nuestra mente y nuestras emociones, así como nuestro cuerpo,  como preparación para el ritual.

Luego nos pondríamos ropa limpia y nuestro cordel o manto, manteniendo en mente nuestra meta con claridad. Cada acto habría de llevarse a cabo con el recuerdo de nuestra intención. Al entrar en nuestro templo (o cualquier lugar que estemos usando) deberíamos declarar en voz alta nuestra intención. Como ejemplo, la siguiente fórmula: “Aplicaré todos mis poderes para alinearme con la fuerzas Divinas del Cosmos a fin de alcanzar la siguiente meta: Conseguir mayor consciencia de mi naturaleza espiritual, para lo cual llevo a cabo esta ceremonia”.

Pueden usarse otras palabras, pero es importante decirlas claramente y en voz alta. Ahora procederíamos con la “preparación del lugar”, es decir, limpiando y sellando simbólicamente el templo. Al hacer esto estamos reflejando un proceso Interno. Este es un principio cardinal del ritual: todas las acciones externas representan procesos Internos. En este caso, estamos concentrando y purificando nuestra consciencia Interior preparándola para el trabajo posterior. Debemos caminar alrededor del perímetro de nuestro espacio de trabajo con agua, rociando hacia el Este, al Sur, al Oeste y al Norte sucesivamente, con la intención de “limpiar” la atmósfera del lugar. Después, incensaríamos con el incienso del mismo modo, con el propósito de consagrar (hacer sagrado) el lugar. Es importante, en las tres actividades, “completar el círculo del lugar”. Lo que esto significa es simplemente acabar donde empezamos, en el Este, de modo que hayamos recorrido un círculo completo en cada una de las operaciones. Consumada la preparación, es el turno de la invocación. La invocación es básicamente una oración de petición, convocando el descenso del aspecto particular del poder correspondiente a nuestra intención. En nuestro ejemplo, invocaríamos el Nombre Divino Tetragrámaton Eloah Va Daath. Tetragrámaton significa “nombre de cuatro letras”.

Siempre se refiere a Yod Heh Vav Heh, el nombre de Dios que se suele traducir como Jehovah o el Señor en la Biblia. Los aspectos técnicos sobre la entonación adecuada de estos nombres nunca se han publicado fuera del ámbito de las Órdenes y no los vamos a comentar en este trabajo, excepto para decir que forman parte del entrenamiento dado a los Iniciados de los niveles Interiores de la Fraternidad de la Luz Oculta. El efecto de la invocación debería ser el de exaltar la consciencia del mago e “inflamarle con la plegaria”, como dice Abra-Melin (un Adepto semi-legendario) hasta un punto tal de agudeza en su concentración que establezca un portal entre los mundos Interno y externo.

En este momento, visualizaríamos vívidamente la Imagen Mágica de Tiphareth, un niño pequeño con los brazos extendidos, de pie ante nosotros. Esta visualización actúa según lo que se conoce técnicamente en los Misterios como imagen telesmática (similar a un transformador energía). Aquí esperamos unos pocos minutos. Si hemos hecho bien el trabajo, se habrá construido una poderosa sugestión. Incluso si no se produce conscientemente un efecto inmediato patente, el ritual habrá cumplido su misión y se manifestará más adelante en nuestra vida cotidiana. No deberíamos contentarnos con una sola representación de la ceremonia. Si la repetimos con un ritmo regular, sobrevendrán resultados más espectaculares. Puede que lleguemos al clímax del ceremonial muchas veces sin resultados obvios, hasta que un día, suspendido entre los mundos, experimentaremos el descenso y el influjo del poder. Entonces percibiremos la “consciencia espiritual” desde un punto de vista completamente diferente. ¡Sabremos!. Hablaremos como quien está investido con la autoridad para hacerlo, porque habremos llegado a ser, posiblemente durante sólo la fracción de un segundo en medio de la eternidad, ¡CONSCIENCIA ESPIRITUAL!. De ahí en adelante ya no necesitaremos leer o que se nos enseñe acerca de la existencia de Realidades Internas, porque habremos encontrado el MAESTRO UNO VERDADERO en el interior.

La siguiente parte de la ceremonia es una de “acción de gracias”, una plegaria de alabanza y gratitud. Esto libera las corrientes para que vuelvan a sus funciones habituales. Una cosa es expandir la consciencia en el Templo, otra cosa bastante diferente es intentar conducir por una autopista llena de tráfico en estas condiciones. Olvidarse de liberar las energías, en el mejor de los casos le causaría problemas al adormecerle. Además, para que las energías se aprovechen al máximo, deben “hacer tierra”. Es decir, incorporarlas hasta en el más denso de nuestros vehículos, el cuerpo físico. Es importante la práctica de hacer una serie de ejercicios físicos para tensar y relajar los músculos, y comer después de la ceremonia. Ambas cosas sirven para integrar los efectos de la ceremonia en nuestros cuerpos físicos. Después nos sentaríamos para escribir un registro de nuestro experimento.

Del mismo modo que los científicos exotéricos mantienen diarios minuciosos sobre su trabajo, nosotros, como científicos esotéricos, deberíamos seguir la misma práctica. Al hacerlo inmediatamente después del ritual podemos captar percepciones que, como los sueños, se desvanecerían rápidamente con el paso del tiempo. En última instancia, mejora nuestra consciencia de la naturaleza mágica de toda Vida. Vemos y comprendemos la danza de la creación, preservación, transformación y resurrección que transcurre alrededor nuestro y en nosotros mismos. Así experimentaremos el milagro del Ser, la Magia del Momento