martes, 20 de diciembre de 2016

Meditación: Aná Bejóaj


Llamado también El Nombre de Dios de 42 letras, el Aná Bejóaj es una fórmula única hecha de 42 letras escritas en siete oraciones de seis palabras cada una. Cada una de las siete oraciones corresponden a los siete días de la semana, los siete ángeles específicos, y un cuerpo celeste en particular. Las letras que componen el Aná Bejóaj están codificadas dentro de las primeras 42 letras del libro del Génesis.
Los kabbalistas explican que esta combinación de letras nos lleva de nuevo a la época de la Creación, y cada vez que meditamos en una secuencia en particular, regresamos a la energía original incorrupta que creó al mundo. Al llevar a cabo la meditación de Aná Bejóaj, enriquecemos nuestra vida espiritual con Luz no adulterada y energía positiva.

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lunes, 19 de diciembre de 2016

shalom aleijem ( letra español )

Como humanos sentimos dolor pero no tenemos por qué sufrir

El dolor forma parte de la experiencia humana, el primer paso para vencerlo es no luchar, esta guerra sin lucha nos trae paz, en la batalla de nuestra propia presencia encontramos las respuestas.

La resistencia al dolor, es la resistencia a la propia vida, que siempre se abrirá camino,
negar lo evidente, no hará que desaparezca, solo incrementará su fuerza.

Resistirse al dolor, es querer que las cosas sean diferentes a como realmente son, esta es la causa de que el dolor se transforme en sufrimiento.

Aceptar la vida, experimentarla y vivirla plenamente es contemplar las dos caras de la moneda, sus gozos y sus sombras, es aprender a bailar bajo la lluvia, este aprendizaje nos llevará a experimentar alegría en el corazón a pesar del dolor.

Para aceptar la vida tal cual es, sus luces y sombras, es necasario aquietarse, mirar y ver con claridad el funcionamiento de la consciencia, esta es la senda de la autoaceptación, el amor desinteresado y de la liberación de toda exclavitud.

El dolor forma parte de la experiencia humana, el sufrimiento es la interpretación de esa experiencia echa por la mente, como humanos sentimos dolor pero no tenemos por qué sufrir,  el mindfulness, la atención plena, nos abre al descubrimiento de la propia existencia.