jueves, 19 de junio de 2014

Relación de pareja

La relación de pareja.

Se basa en el amor, o eso pensamos todos. Llamamos amor a ese sentimiento o emoción que sentimos al estar junto a esa persona tan especial.
 ¿ Pero es amor? ¿Qué cualidades intrínseca posee el amor? ¿ Por qué ese amor va desapareciendo poco a poco transformándose en desilusión, y en muchos casos en odio e indiferencia hacia la persona que un día prometimos amar?.

 ¿ Amamos a la persona con todas sus virtudes y “defectos” y que todos poseemos en mayor o menor grado, o por el contrario amamos una relación prediseñada por nuestra mente para satisfacer nuestro propios deseos de seguridad, bienestar y permanecer así en nuestra zona de confort, libre de miedos y temores?

 Al enamorarnos de alguien nos fijamos en sus cualidades que nos atraen y seducen. El interés y atracción mutua hacen de la pareja una marea de sensaciones placenteras ya que cada parte implicada exalta las virtudes del otro sumergiéndose ambos en esa zona de confor, seguridad y bienestar que tanto agradan al ego. Esto provoca el enganche emocional. Es una droga , y como en toda sustancia adictiva hace falta una “dosis diaria”. La dosis se suministra al mostrar y poner nuestras virtudes al servicio del otro, dándole toda nuestra atención para que esa persona se sienta bien, diciendo y comportándonos de forma adecuada según el esquema prediseñado en la mente de nuestra pareja. Pero cada uno de nosotros tenemos virtudes pero también “defectos”, debilidades, miedos, comportamientos en ocasiones que no son del agrado de nuestro compañer@ y que de alguna manera nos incomodan, molestan y nos hacen sentir mal e inseguros saliendo entonces de la “zona de corfort”.

 Como en toda adicción la dosis debe aumentar para producir el mismo efecto, y es cuando demandamos de nuestra pareja más atención, en donde pretendemos cambiar sus “defectos “ en virtudes a nuestro servicio personal, y de no producirse esta transformación, el resultado es “aguantar” una relación por miedo a quedarnos solos con todas sus consecuencias, infidelidades, discusiones …o cambiar constantemente de pareja repitiendo al final siempre los mismos patrones de conducta.
 Parece que la solución es “aguantar o cambiar” en este caso de compañer@.

 ¿Esto es el amor?

 Si se lo explicáramos a un niño libre de prejuicios y miedos creo que nos diría “vaya rollo eso del amor”. ¿Pero entonces, qué es el amor?

 Es una energía de alta vibración, es un sentimiento que nos lleva inequívocamente a la Paz y a la Felicidad. Cualquier emoción negativa que tengamos no es provocada por el amor, es provocada por el miedo. Miedo a perder nuestra seguridad y zona de confort. El miedo es egoísta piensa en: “ mi seguridad” “mi bienestar” “ mi sufrimiento” “mi felicidad”.
 El amor siente sobre: “ su bienestar”, “ su felicidad”, “su sufrimiento”. Solo puede dar amor el que está lleno de él, no se puede dar lo que no se tiene, es como pretender que un indigente realice obras de caridad haciendo grandes donaciones monetarias. El maestro Jesús nos lo enseñó “ama a tu prójimo como a ti mismo”. El que se ama a si mismo lo proyectará hacia afuera entregándolo a los demás.

¿Qué cualidades tiene el verdadero amor?

 Sabiduría y comprensión, libertad, admiración, respeto y tolerancia y sobre todo aceptación . La aceptación es la base en una relación de pareja pero…. Aceptación de qué?
 Aceptar que nuestra pareja tiene “defectos” al igual que nosotros. Comprender que esos “defectos” son todo aquello que todavía no es luz pero que tiene el potencial de transformación, cada persona a su ritmo. El amor es sabio y comprende.
 No debemos confundir la aceptación con la resignación. La aceptación es activa ya que hay una búsqueda interna por comprender que cada individuo está en un nivel de conciencia , con su parte de luz y oscuridad , en un momento evolutivo distinto y que por lo tanto nuestra pareja tiene el suyo.
 En vez de poner nuestra atención en la oscuridad de nuestra pareja deberíamos mirar en nuestro interior, quizás descubriríamos que es la misma…..el Maestro enseñaba que solemos mirar la paja en el ojo ajeno y no la viga en el nuestro. Es importante el propio autoconocimiento, reconociendo nuestras sombras para poder trabajar sobre ellas y convertirlas poco a poco en luz. La oscuridad de una habitación no se soluciona luchando contra ella con ira o enfado, solo se combate subiendo la persiana y dejando que entre más luz. La resignación es pasiva, hay ignorancia y miedo y simplemente se “aguanta” sin hacer ninguna transformación interna.

 ¿Significa esto que debemos aceptar y permanecer con cualquier relación para transformarla?
 Del “querer” egoísta en donde se espera recibir para poder dar, al amor altruista en donde se da sin esperar nada a cambio hay muchos grados intermedios y según el nivel de conciencia persona, el resultante de las numerosas experiencias en diversas encarnaciones vamos progresando poco a poco.
 La meta de toda vida es el Amor incondicional pero mientras tanto vamos aprendiendo en esta escuela llamada Tierra. Esto es comprensión de por qué estamos aquí y recordemos que una de las característica del amor es la comprensión. Sin ella daremos vueltas en círculo buscando una relación perfecta, una relación a la carta. La pareja adecuada debería ser aquella con la que podamos ser nosotros mismos, en donde hay respeto pero no miedo a decir o hacer algo que haga que se pueda sentir mal. Al ser nosotros mismos somos honestos para con nosotros y con la pareja y entonces nunca defraudaremos a nadie porque no nos escondemos bajo un disfraz o máscara que exagere nuestras virtudes y disimule u oculte nuestra parte oscura . Al ser nosotros mismos proyectamos el nivel de conciencia que tenemos en ese momento, nuestras luces y sombras.
 La pareja ideal es aquella que acepta y comprende nuestra oscuridad pero no se deja arrastrar por ella porque de alguna forma se ve reflejada, la acepta de forma amorosa sabiendo que todo forma parte de un aprendizaje. Si las sombras de tu pareja te superan, a saber, te sumergen en un continuo sufrimiento y desazón, si haces balance y el debe supera al haber con creces, esa pareja no es para ti. No hay culpa ni culpables, no te autocastigues pensando en tus errores, solo hay niveles de conciencia.
 Deberías escoger como compañer@ de ruta a esa persona que no necesites cambiar para sentirte bien, alguien que “te haga feliz” con sus virtudes pero que a la vez no te cause un sufrimiento innecesario con sus sombras porque eres capaz de ACEPTARLAS CON AMOR.

 “TE HAGA FELIZ” es una expresión coloquial marcada entre comillas indicando que la verdadera felicidad viene del propio ser y no nos la puede proporcionar nadie ni nada, echo que insistimos en conseguir a través de diversos medios: parejas, trabajos, dinero, fama poder etc.

José Manuel Alarcón Solar

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